¿Y qué pasa con mi adicción?
Eso digo yo.
Hace 15 años no me hubiera expuesto al estrés de esta forma ni de coña.
En terapia de grupo aprendemos que si queremos dejar de consumir para siempre, nos tenemos que cuidar también para siempre.
Y yo esta semana no me he cuidado nada.
Primero, la charla del sábado. Si llegaste aquí después de este domingo, no sabrás de qué hablo, si llevas tiempo conmigo te acordarás: blancazo en plena charla.
Estrés.
Y el martes… va y no se me ocurre otra cosa que enviarte un email hablando del acoso en nuestra comunidad.
Esto fue bestia. Recibí un montón de mensajes por todos los canales. Algunos eran de compañeros que se inquietaron. Otros de compañeras que me contaban sus experiencias. Y muchos solo buscaban confirmar si era tal o cual señor.
Muchísimo estrés.
No por la gestión de mensajes sino por la gestión de emociones. Propias y ajenas.
¿Y sabes cómo resolví todo ese estrés?
Poniéndome ciego de chocolate.
Porque eso no se trata en rehabilitación. Comer para aliviar el malestar es algo que hacemos muchos: adictos y no adictos.
Para algunos es más disfuncional que para otros. Yo trabajo para aprender a regularme con otros recursos: deporte, risas, monte, lectura, Netflix [no es patrocinador].
Pero hay veces que no lo veo venir y…
¡PUM!
Chocolatazo al canto.
Así que he montado una historia para hablar de esto. Será este jueves 22. Será vía zoom. No estaré yo solo, me acompañarán dos cracks que saben mucho más que yo.
No voy a darte más información porque la tienes en el link abajo.
No voy a contarlo en las redes sociales porque esta es una invitación solo para ti.
Si quieres que te invite, mira aquí.
Un abrazo estresado,
Oihan
PD: Hace unos días entrevisté a un creativo de publicidad cargadito de premios. Y me contó lo que le había hecho a él el exceso de trabajo. Aquí puedes escucharlo.