Seguro que ya has oído esto antes (a no ser que seas funcionario).
No importa si eres escritor, artista o lampista. Si no construyes tu "comunidad", si no tienes miles de seguidores y si no te comportas como un maldito vendedor de ti mismo, no eres nadie. Lo gracioso es que incluso los que sí lo hacen... tampoco son nadie.
La historia es esta: en España, varios escritores han denunciado que las editoriales les exigen tener al menos 10.000 seguidores en redes sociales para considerar la publicación de sus obras. Es decir, no importa la calidad literaria, sino la cantidad de followers.
No es un caso aislado, eso ya lo sabes. Y si no, mira:
Este señor vende millones de ejemplares.
En la industria editorial, en la música, en el cine, en cualquier ámbito donde se produzca algo remotamente cultural, el discurso es el mismo: ¿Nos puedes garantizar que tu libro se venderá solo? Pues vuelve cuando seas famoso.
Las plataformas de streaming y las redes sociales han convertido a escritores, músicos y creadores en lo que siempre juraron no ser: vendidos. Y lo peor es que la mayoría hace el papel con entusiasmo, porque no hay otra opción.
Ya no basta con crear, ahora también tienes que ser emprendedor, estratega, influencer, esclavo del algoritmo y, en tus ratos libres (si es que te quedan) artista.
El arte, ese capricho burgués, hoy se mide en engagement. Lo que no genera interacción, muere.
¿Quieres escribir sobre la condición humana? Más te vale que tenga un gancho potente para TikTok. ¿Quieres publicar un libro? No olvides tu plan de marketing personal. ¿Quieres componer una canción? Dale, pero asegúrate de que encaja bien en un reel.
Y en este panorama, la pregunta ya no es si me vendo o no me vendo, ahora la cuestión es: ¿te compran o te ignoran?
Mientras lo piensas, te dejo con esto que dijo Jesús G. Maestro, catedrático de literatura y ensayista:
Me llevaría fatal con mi personaje de Youtube
Un abrazo,
Oihan
PD: Ya queda menos…
Gracias Oihan!!! Por este mail y por publicar el libro de una que tiene mil seguidores! Seguimos adelante, porque quien tiene algo que expresar no se puede quedar callado! 🩵
Eres mi mejor consolador. Menos mal que te tengo tan a mano.