¿Por qué las geólogas y geólogos chupan piedras?
Bueno, la pregunta exacta es «¿por qué los científicos lamen rocas?»
Pero no son «los científicos», son los geólogos y paleontólogos. Los matemáticos lamerán pizarras...
No lo sabías.
Yo tampoco. Y me gustaría verlo.
Pongámonos en situación. Vas de senderismo con tus colegas. Escuchas los pajaritos y el colega biólogo te dice que eso es un pajarracus vulgaris —da igual, yo creo que se inventan los nombres—, sientes el viento en la cara, intentas no tropezarte y partirte la crisma contra un pedrusco y, de pronto, notas como algo se mueve detrás de unos matorrales. Te acercas en silencio, poco a poco, no quieres que el animal que sea se asuste y se aleje. Estás a pocos metros, preparas la cámara del móvil y, de pronto, aparece delante de ti un geólogo a lametazos con una roca.
Inolvidable.
Te confieso que ahora que lo sé, aparte de desear encontrarme a alguno por el campo para echarme unas risas, no se me ocurriría investigar por qué lo hacen. Debe ser falta de espíritu científico o que al ser física estoy acostumbrada a ver a gente comportarse de forma un tanto alejada de la habitual.
Quién sí practica esta técnica y quiso saber por qué fue el geólogo Jan Zalasiewicz de la Universidad de Leicester.
Esto le valió el IgNobel de Geología y Química de 2023.
Zalasiewicz demostró que los geólogos y los paleontólogos lamen rocas para mojar la superficie y observar las texturas de fósiles y minerales. Así evitan los microrreflejos y microrefracciones de una superficie seca.
¿Por qué no les tiran agüita?
¿?
Si uno lee el artículo de Zalasiewicz «Eating fossils» descubrirá que la costumbre procede de antaño y que entonces chupar fósiles añadía más información de la que lo hace actualmente, vaya, que tenía más sentido.
Nuestro geólogo explica en el texto que tras lamer una roca pudo ver mucho mejor su estructura, pero que el sabor le pareció algo polvoriento (aishhhhh) y al momento lo olvidó. Reconoce que siempre pensó que era completamente superfluo para la identificación.
Pero se equivocaba.
Giovanni Arduino (1714–1795), quien estableció el orden de los estratos Primario, Secundario y Terciario; describió en la correspondencia que mantenía con su amigo el profesor Antonio Vallisnieri de la Universidad de Padua, el sabor de diferentes rocas y minerales. Así pues, por aquel entonces el gusto era otra herramienta analítica de la mineralogía que con el paso del tiempo ha dejado de considerarse.
Yo la incorporaría, sin lugar a dudas.
Ya que tienen tanta afición a chupar rocas en vez de regarlas, al menos que recuperen su lado gourmet.
Es bastante probable que te preguntes, «Laura, ¿para qué esta turra sobre los geólogos chupadores de piedras?»
Pues es para hacerte un spoiler del libro que te presentaré el martes que viene y que saldrá en preventa ese mismo día. Solo tienes que leer entre líneas.
No hace falta que lamas nada… bueno, nada que no quieras lamer.
Como soy buena gente te daré tres pistas:
- No es de geólogos.
- No es sobre rocas.
- Es el libro que necesitas (ya me darás la razón la semana que viene).
Vas a tener que currártelo más para descubrir el tema.
Espero tu respuesta.
Chimpún.
Laura