ChatGPT: ¿El nuevo Cervantes o un loro con Wi-Fi?
Mientras tú sudas tinta para escribir un artículo, la memoria con la que conseguir fondos o simplemente un email con algo de gracia, ChatGPT está siempre disponible y a tope para escribir sin romperse una uña. Pero, ¿qué tipo de escritora es realmente?
(Aunque me da que es macho por lo obtuso).
Pues según un reciente artículo publicado en la revista The New Yorker, el chatbot de moda no es tanto un escritor como un “súper autocompletador con esteroides”. O como lo definiría cualquier corrector de estilo español: un becario con mucho entusiasmo y cero criterio.
La historia de Chris, un estudiante de antropología que intentó usar ChatGPT para mejorar su ensayo, es como la tuya. Quería que su texto quedara más literario… y lo que obtuvo fue una versión más plana que los PowerPoints en un congreso de medicina (hacéroslo mirar). Incluso cuando le pidió al bot que escribiera “como si fuera un artículo de The New Yorker”, el resultado fue un pastiche cargado de metáforas manidas y frases cero atractivas.
¿Y en España? Dicen que aquí nos gusta la literatura con sustancia, con ingenio, con esa mala leche que tanto nos caracteriza. ¿Puede ChatGPT escribir un Lazarillo de Tormes?
¿Y una columna de Pérez-Reverte?
(Ay madre).
Pues por el momento parece que no. Pero eso no significa que la tortilla no vaya a dar(se) la vuelta.
El problema no es que la IA sea mala escribiendo, sino que es barata y rápida. Mientras tú te paras 2 minutos en cada párrafo, el algoritmo está generando contenido en masa para agencias, periódicos y plataformas de autopublicación. No es que escriba mejor que tú, es que en esos minutos puede producir lo que a ti te lleva semanas. Y en un mundo donde lo que importa es la cantidad, la calidad se vuelve opcional.
Así que la pregunta no es si ChatGPT puede ser un gran escritor, sino si el mercado editorial se conformará con un loro con acceso a Wikipedia en lugar de pagar a autores de verdad.
Un abrazo,
Oihan
PD: Por cierto, un truco para saber quién utiliza a ese loro sin supervisarlo: si veis que esa persona comparte contenido donde las palabras de los títulos van todas en mayúscula es que lo ha escrito el bicho. Hay mucho de eso en LinkedIn y da vergüencita.