Hace unos días anuncié que cerrábamos. Fue un golpe, pero te lo alivié un poco cuando te dije que durante 9 días ibas a poder comprar a la mitad de precio.
Llegó el pasado sábado y te volviste muy loco.
Desde entonces hasta hoy a las 0:28 h (hora a la que te estoy escribiendo esto), hemos vendido 3.805 libros.
En 2 días hemos igualado la venta de 6 meses.
No sé si reír o llorar, así te lo digo. Llevo un año inventándome mil y una maneras con las que lograr aumentar las ventas, y por lo visto, lo único que tenía que hacer era cerrar.
Necesito repetirlo: 3.805 libros en 48 horas.
Por supuesto, no ha sido porque la gente haya descubierto de repente el valor de nuestros libros. Tampoco porque se haya generado un nuevo público. Lo que ha pasado es que sencillamente he dicho las dos frases mágicas:
“Esto se acaba” + “Hay descuentazo”.
Estoy jodido, no te voy a engañar. Quiero decir, estoy súper contento y agradecido por lo que habéis hecho en solo dos días, pero también estoy jodido.
Parece que solo nos mueve la urgencia, la sensación de que es ahora o nunca.
Y esto no es casualidad, si has leído a Cialdini o Kahneman sabrás que nuestro cerebro está programado para reaccionar ante la escasez y la oportunidad. Las marcas lo saben y juegan con nosotros.
Yo también he jugado, aunque te prometo que ni en el mejor de mis sueños había imaginado este resultado.
Pero ¿tiene consecuencias este juego?
Creo que cuando compramos solo por urgencia —y no por necesidad o criterio—, estamos reforzando un modelo económico basado en el consumo irracional. Y, en un momento en el que la inflación y la precariedad laboral hacen que cada euro cuente, el consumo impulsivo puede ser una forma de autoengaño: creemos que estamos “ganando” al aprovechar una oferta, cuando en realidad estamos reforzando un sistema que nos pone constantemente en esa posición de urgencia.
Yo no me libro, claro, siempre caigo en la urgencia de los malditos marketeros y sus cursos inútiles. Y ahora ha pasado con Next Door, pero mañana pasará con otra pequeña empresa de mi barrio… Esto no es solo un fenómeno comercial, es un síntoma.
En fin… Y ahora, si me permites, procedo a explotar tu síntoma.
Convirtamos el drama en una última fuente de ingresos.
🎁 Desde hoy, 3 de marzo, hasta el domingo 9 tienes los libros al 50%. Después los precios subirán.
Un abrazo,
Oihan
PD1: Estoy compartiendo en Instagram vuestros mensajes de despedida.
PD2: Lloro (un poco menos).
PD3: El stock se está agotando mucho más rápido de lo que pensaba (bueno, es que de hecho no pensé que se fuera a agotar).
Honestamente, no coincido con esa opinión tan fatalista. Y no me refiero ni mucho menos al drama del cierre de un negocio donde se ha depositado todo el esfuerzo y buena voluntad para que salga bien. Me refiero al origen de las ventas.
Desde luego que habéis llegado a gente hasta la que ahora, por desgracia, no habías llegado. En mi círculo de conocidos ha llegado la noticia de vuestra existencia a la vez que el cierre. Y la forma en la que llegó el mensaje fue más la de petición de socorro que la de aprovechar una compra chollo de "ahora o nunca". Por eso quiero creer que el motivo de éste "boom" ha sido fruto de la viralidad que ha tenido una solicitud genuina de ayuda, no de una promoción de liquidación.
Pensé que mostrarte esa perspectiva quizá te ayudaría también en este duelo.
Un abrazo.
Sinceramente, me parece un poco desastre que solo compremos “porque se acaba”. Si algo es bueno, lo normal es que lo quieras tener, no que lo quieras porque hay poco. Un abrazo y, pese a todo, enhorabuena por los esfuerzos y la ética que has puesto en esto.